Este megapost, dividido en dos partes, es el resultado de varias semanas de investigación sobre la crionización (o criónica). Mi objetivo inicial era reunir documentación para mi nueva novela, pero lo que descubrí me pareció tan fascinante que he decidido compartirlo aquí. Aunque parezca ciencia ficción, todo lo que vas a leer es real. Aparte de las fuentes citadas, gran parte de la información proviene de la página web de Alcor, la principal empresa de preservación de cadáveres a nivel mundial, y de una reunión telefónica con una de sus directoras. Los gráficos han sido cedidos por el blog estadounidense Wait But Why1.
Índice
1. ¿Qué es la crionización?
Dada la confusión general al respecto, creo que lo más útil en este caso es empezar al revés: explicando QUÉ NO ES la crionización. Vamos a desmontar los cinco mitos más frecuentes para poder enfocar su estudio sin prejuicios:
Mito 1: La crionización consiste en congelar a los muertos
¿Es Futurama tu mayor o único referente sobre crionización? ¿Crees que basta con congelar un cuerpo a la temperatura del nitrógeno líquido para preservarlo?
En ese caso, estás pensando en la criogenia/criogenización, algo muy distinto. La criogenia es la producción y manipulación de materiales usando bajas temperaturas (por debajo de -153°C). Se usa en medicina (por ejemplo, para destruir células cancerígenas), en ingeniería espacial (para alimentar cohetes), en biología (para la preservación de alimentos) o en transporte (algunos gases se convierten en líquido en esas temperaturas y son más fáciles de transformar).
Ahora, si criogenizas un cadáver, te puedes ir despidiendo de reanimarlo, por mucho que avance la tecnología del futuro. Las células cristalizarán y serán destruidas, la sangre se expandirá y los tejidos quedarán dañados de manera irrecuperable.
Para conservar un cuerpo con unas mínimas posibilidades de devolverlo a la vida en el futuro, necesitas mucho más que eso. Necesitas la crionización (también denominada criónica o criopreservación).
La crionización es la preservación de seres humanos que la medicina contemporánea ya no puede mantener con vida. Subrayo preservación porque esa palabra implica, además de almacenar cuerpos a bajas temperaturas, utilizar técnicas mucho más avanzadas para que sean conservados de manera intacta.
En el siguiente apartado explicaré con exactitud en qué consisten esas técnicas, pero antes vamos a desgranar algunos mitos más.
Mito 2: Ningún científico, físico o experto en el tema cree que la crionización funcione
Es cierto que la crionización NO es un método aceptado por el cien por cien de la comunidad científica. Ninguna compañía de seguros médicos la cubre, ningún gobierno la subvenciona y ningún médico se refiere a ella como un procedimiento válido.
Las razones para este escepticismo son, por lo general, legítimas. La mayoría se refiere al hecho de que, para criopreservar un cuerpo con éxito, cada uno de sus órganos debería ser enfriado a un ritmo distinto y con una mezcla de soluciones químicas diferente, algo que a día de hoy, como veremos más adelante, no se hace. Otros enfatizan el hecho de que la técnica utilizada para crionizar un cuerpo (llamada vitrificación) también daña los tejidos.
Los defensores de la crionización no están en desacuerdo con estas afirmaciones. Ninguno de ellos afirma categóricamente que la criónica funcionará y parecen admitir de buen grado que, con la tecnología actual, los retos de revivir a alguien son insuperables. Simplemente señalan que tampoco hay pruebas de que la crionización no pueda funcionar en el futuro ya que, teoría en mano, el proceso no viola ninguna ley física. Es un poco como viajar a Marte: a día de hoy no disponemos de evidencia de que sea posible porque todavía no lo hemos intentado, pero sabemos que, con la tecnología adecuada, tarde o temprano acabaremos allí.
Por otro lado, muchos otros científicos sí creen en el proceso (véase la Carta Abierta de los Científicos sobre la Criónica). Y la técnica usada hoy en día está respaldada por la literatura científica existente (véase en PubMed una lista de artículos publicados al respecto).
Los crionicistas creen también que no deberíamos subestimar lo que la tecnología futura será capaz de hacer. ¿Quién nos habría dicho hace 30 años que en 2016 podríamos restaurar el cerebro de un conejo muerto?
Para ilustrar esta postura, Alcor recoge algunas citas célebres en su página web:
«No hay esperanza para la fantasiosa idea de llegar a la Luna debido a las barreras insuperables para escapar de la gravedad de la Tierra». – Dr. Forest Ray Moulton, astrónomo de la Universidad de Chicago, 1932.
«Todo lo que se escribe sobre los viajes espaciales es una absoluta tontería». – Sir Richard Woolley, Astrónomo Real de Gran Bretaña, 1956.
«Colocar a un hombre en un cohete de varias etapas y proyectarlo en el campo gravitatorio controlador de la luna…. Me atrevo a decir que un viaje así hecho por el hombre nunca ocurrirá, independientemente de todos los avances futuros». – Dr. Lee De Forest, famoso ingeniero, 1957.
Mito 3: La crionización es una estafa
Si de algo estoy seguro tras la creación de este artículo, es que la crionización no se basa en el engaño.
Para empezar, tal y como hemos visto en el apartado anterior, es un proceso creíble desde el punto de vista científico, respaldado por fuentes serias. Pero sobre todo, y al contrario de lo que yo pensaba antes, los crionicistas no están motivados por el beneficio económico.
Alcor, por ejemplo, no tiene propietarios que se beneficien de su actividad, los salarios son modestos y la Junta Directiva trabaja sin remuneración. Los laboratorios iCryonic, que trabajan con muchas empresas del sector, son una organización sin ánimo de lucro que dedica todos sus recursos a I+D. Y en España, la ACE (Asociación Criónica Española), también es una asociación libre, abierta y sin ánimo de lucro.
Debido al estigma de excentricidad que rodea a estas empresas, la mayoría de ellas parecen obsesionadas con la transparencia, con demostrar a todo el mundo que su actividad es legítima. Así, no hay que indagar demasiado para comprobar que el dinero que recaudan se utiliza para sufragar las operaciones y mantener a los pacientes en una suspensión segura hasta que puedan ser revividos. Nadie en este negocio parece haberse hecho rico a costa de ello.
Y, lo más importante: reconocen abiertamente que no venden ninguna certeza, sino solo una posibilidad. Sería fraudulento garantizar la capacidad de reanimar a los humanos criopreservados, pero ninguna organización criónica hace eso. Sólo prometen usar los mejores medios a su alcance para preservarlos y tratar, en la medida de lo posible, de almacenar su cuerpo frente a los riesgos sociales, políticos y económicos. Los pacientes deben firmar contratos que reconocen estos hechos.
Es decir, si lo que deseas es extender tu vida más allá de la muerte, la crionización no es un plan infalible, pero sí tu mejor apuesta hoy en día. Este gráfico de Wait But Why lo resume mejor que nadie:
Mito 4: La crionización es para ricos excéntricos
En el siguiente apartado explicaré con detalle lo que uno ha de hacer para ser crionizado y los diferentes gastos en los que deberá incurrir. Como veréis, el total varía entre los 1.000€ y los 2.000€ euros al año, dependiendo sobre todo de la opción elegida y del seguro.
No es barato, pero sí asequible para alguien con un sueldo medio. Nada de para ricos.
Mito 5: La crionización resucita a los muertos y, por tanto, entra en conflicto con la religión
Decir esto equivale a decir que la RCP (reanimación cardiopulmonar) atenta contra los valores religiosos. Me explico.
La RCP no fue descubierta hace tanto tiempo. Antes de los años 50, si tu corazón se detenía, ya se te consideraba legalmente muerto. Sin embargo, hoy sabemos que es posible reanimar a alguien después de ese punto, que se puede restablecer la circulación sanguínea para devolver el oxígeno a los órganos y así «revivir al paciente», algo que sonaría a brujería hace solo unas décadas.
Esto nos obligó a diferenciar entre dos tipos de muerte:
- Muerte clínica (cuando el paciente deja de respirar).
- Muerte legal (cuando el corazón lleva 4-6 minutos parado, que es el tiempo que el cerebro puede estar sin oxígeno).
Es decir, este descubrimiento trajo consigo la certeza de que la muerte no es un evento que se produzca de forma espontánea, sino que es un proceso que se extiende a lo largo de varios minutos.
Las preguntas que nos debemos hacer son:
- ¿Es la muerte legal el verdadero final?
- ¿O el momento tras el cual la muerte es irreversible se produce más adelante?
Según los crionicistas, el punto de no retorno se llama en realidad infomuerte, y ocurre en un momento posterior, aquel en que la estructura cerebral ha sufrido tanto daño que la información guardada en él es irrecuperable:
¿Al cabo de cuánto tiempo llega la infomuerte? ¿Minutos, horas? No lo sabemos con exactitud, pero los científicos más optimistas creen que en el futuro será posible recuperar a la persona incluso días después de muerta.
¿Podemos reanimar a un paciente que se halla en un punto intermedio entre la muerte legal y la infomuerte? Hoy en día, no. Pero no es una locura pensar que en el futuro sí se podrá. Al igual que sucedió hace décadas con la RCP, las primeras etapas de lo que hoy llamamos muerte podrían ser en realidad una lesión tratable. Es decir, no es que la muerte sea reversible, sino que lo que hoy consideramos como muerte podría no serlo en absoluto.
Y ahí es donde entra la crionización. Conserva a personas que se hallan en ese punto intermedio con la esperanza de que la tecnología del futuro pueda revivirlas («curarlas» sería más preciso, según esta lógica). Por tanto, técnicamente, para un crionicista, no eres un cadáver, sino un paciente. Nada que te diferencie de alguien en coma, o de aquellas víctimas de hipotermia que han sido reanimadas tras más de una hora sin respiración, latidos del corazón o actividad cerebral. Por eso suele decirse que la criónica es como una «ambulancia al futuro».
En mi conversación con la directora de membresía de Alcor, ella reconoció que, para hablar de los muertos, delante de sus miembros usan el término «dead». Dice que es para evitar confusión, pero que la palabra correcta, la que usan los más puristas, sería «deanimated».
Por tanto, el objetivo de la crionización no es obrar milagros y resucitar a los muertos, sino superar las enfermedades graves preservando y protegiendo la vida, lo cual es coherente con los principios tanto de la medicina como de la religión. Los pacientes criónicos son teológicamente equivalentes a los pacientes inconscientes en un hospital con un pronóstico incierto.
Ahora que entendemos mejor el concepto de criónica, veamos cómo es el proceso exactamente.
2. ¿Qué he de hacer para ser crionizado?
2.1. Elige una empresa de crionización
A día de hoy (febrero 2021), puedes elegir entre varias. Las cinco principales son:
- Alcor (Arizona, EEUU)
- Cryonics Institute (Michigan, EEUU)
- American Cryonics Society (California, EEUU)
- Osiris (Florida, EEUU)
- KrioRus (Rusia)
Como ves, los únicos países con equipamiento para almacenar cuerpos crionizados son Estados Unidos y Rusia. Esto no significa que el resto no podamos disfrutar de este servicio. De hecho, 16 de los 181 pacientes ya crionizados de Alcor son extranjeros. Para ello cuentan con empresas colaboradoras en cada región. En Europa, por ejemplo, hay dos (Cryonics UK y Rowland Brothers), que se encargan de iniciar el proceso y repatriar los cuerpos a EEUU. Por razones obvias, la logística y la burocracia son algo más complicadas que en los casos nacionales, por lo que es posible que los cuerpos tarden un poco más en ser criopreservados y, por tanto, que las posibilidades de reanimación en el futuro sean menores. Pero, si tu sueño es ser crionizado, esto no debería ser un impedimento.
Si tuviera que elegir una empresa, me quedaría con Alcor. Parece la más sería, la que más experiencia acumula (su primer paciente ya lleva 54 años muerto, desde 1967) y, aunque sus precios son algo más elevados, también es la que más garantías ofrece. Además, es la única empresa que ofrece el modo de separación neuronal (así es como llaman a conservar solo tu cabeza, lo cual explico más adelante), lo cual abarata el coste hasta el punto de competir con las demás en precio.
Por tanto, para las siguientes fases del proceso, supongamos que tú también has elegido Alcor. De todas formas, las cinco empresas usan la misma técnica y los pasos a seguir no deberían ser muy diferentes.
(ACTUALIZACIÓN OCTUBRE 2021: Acabo de descubrir que han abierto una nueva empresa llamada Tomorrow Biostasis en Berlín. Funciona de manera parecida a Alcor, lo cual es una buena noticia para los potenciales pacientes europeos).
2.2. Hazte miembro
Las instalaciones de Alcor se encuentran en Scottsdale, una ciudad perteneciente al área metropolitana de Phoenix (Arizona), pero no hace falta viajar hasta allí para firmar el contrato. Se puede hacer todo desde tu país (ante notario, eso sí).
¿Cuánto cuesta exactamente? Todos los costes vienen explicados aquí en detalle, pero te los resumo:
A) Desde el momento de tu ingreso como miembro, pagarás una cuota anual de unos 550$ hasta el momento de tu muerte (puede ser más barata si eres el segundo miembro de tu familia que lo contrata, si eres estudiante o si llevas más de veinte años pagándola).
B) Al morir, tendrás que pagar una cuota única por cuatro conceptos: transporte, tratamiento, almacenamiento y reanimación. El precio de esta cuota es:
- 200.000$ si eliges la opción de criopreservación completa.
- 80.000$ si eliges la separación neuronal (solo la cabeza).
C) Al no ser ciudadano de EEUU o Canadá, también hay un cargo adicional de 10.000$ en el momento de tu muerte.
En resumen, y por ponerte el ejemplo de una persona española de 35 años, que muere a los 80 y que elige la crionización completa, sus costes totales aproximados serían:
550$ al año durante 45 años (24.750$) + 200.000$ + 10.000$ = 234.750$ (unos 194.000€)
PERO:
Las empresas de criónica son conscientes de que no todo el mundo puede pagar la cuota única al morir, por lo que recomiendan, en su lugar, contratar un seguro de vida en el cual aparezcan ellos como beneficiarios. Esto también puede hacerse fuera de EEUU, ya que las empresas de crionización suelen registrarse en cada país como organizaciones científicas.
El coste de este seguro es difícil de predecir porque depende mucho de cada país, empresa y situación individual, pero, para el ejemplo anterior, y suponiendo que la parte contratante no tiene problemas graves de salud, supongamos que el coste es de unos 120$ al mes.
Esto significa que el coste total sería de:
550$ al año durante 45 años + 120$ al mes durante 45 años = 165,83$ al mes durante el resto de tu vida (unos 113€).
Como decía antes, 113€ al mes no es barato, pero tampoco puede ser clasificado como un capricho para ricos excéntricos.
Una vez tienes ambos contratos firmados, te pones este collar o esta pulsera. Y a correr.
Ambos tienen instrucciones grabadas para que quien te encuentre muerto sepa qué hacer. Pero siempre hay quienes prefieren ir más allá y tatuarse dicha inscripción:
2.3. ¡Muérete!
Esta es la parte más fácil, solo tienes que esperar a que ocurra (también puedes suicidarte, pero entonces puede que el seguro no te lo cubra).
Aquí retomamos lo que expliqué en el mito 5 del apartado anterior: la muerte es un proceso, no un evento.
Hacemos zoom en el gráfico anterior para mostrar la ventana de crionización:
¿En qué momento dará comienzo el proceso de criopreservación? Esto es importante, ya que la rapidez con la que esto ocurra determinará en gran medida el éxito de tu reanimación en el futuro. Cuanto antes, mejor.
En el peor de los casos, habrás sobrepasado la infomuerte —pon que tienes un accidente y tu cuerpo (y sobre todo tu cerebro) queda en muy mal estado, o que mueres solo en casa y te encuentran después de unos días—. En ese caso, por mucho que hayas pagado tu cuota y tu seguro religiosamente, será prácticamente imposible recuperarte. Aun así, la empresa de criónica tiene la obligación de preservar tu cuerpo. Quién sabe, tal vez no este todo perdido. El único caso en que Alcor fue incapaz de hacerlo fue cuando un miembro murió en los ataques del 11-S y su cadáver no fue encontrado.
En un caso intermedio, el proceso comienza cuando te encuentras en algún punto entre la muerte legal y la infomuerte —por ejemplo, mueres de forma inesperada pero tu cuerpo es encontrado a tiempo y en buen estado—. En este caso es difícil predecir el éxito, pero lo que sí es seguro es que, cuanto más a la izquierda te encuentres en el gráfico, mejor.
Lo ideal es el tercer supuesto, cuando tu muerte es predecible. En ese caso, un equipo al que en la jerga criónica se le conoce como «stand-by» —y que normalmente es subcontratado—, permanecerá junto a ti durante tus últimas horas para asegurarse de que el proceso de preservación comienza lo antes posible, que es en el momento en que un médico firma tu muerte legal. Y también hay que asumir que:
- Has firmado antes una orden DNR (Do Not Resuscitate, es decir, no hacer RCP para reanimarte). El equipo stand-by será quien lo haga, pero no con el objetivo de reanimarte sino con el de restablecer la circulación sanguínea de tu cadáver, algo necesario para el proceso.
- Has firmado también una orden para que no te hagan una autopsia, ya que esto retrasa el proceso y te acerca más a la infomuerte. Además, a veces la autopsia puede dañar tu cerebro. Lo mejor, según Alcor, es hacerte socio de algo llamado «Sociedad del Venturismo», una organización que está dada de alta como religión y cuyo fin es que sus miembros puedan esgrimir motivos religiosos para evitar la autopsia.
Dada esta lógica de «the sooner, the better», alguien podrá preguntarse en este momento: ¿por qué esperar a la muerte? Al fin y al cabo, si sabes que vas a morir y tu objetivo es ser reanimado en X años, lo más lógico es que te crionicen antes para preservar tu cuerpo mejor y aumentar tus posibilidades. Estoy a punto de palmarla doctor, acabemos con esto y crioníceme de una santa vez. El problema es que esto, legalmente, se llama homicidio, y ninguna empresa aceptará hacerlo.
Y aquí acaba todo, por lo menos en esta vida. Ya hemos visto el proceso desde que te haces miembro hasta que mueres.
Ahora, ¿qué ocurre con tu cuerpo?
3. El proceso de la crionización
Es hora de explicar la técnica que será usada para preservar tu cadáver en las mejores condiciones. Muchos reaccionan ante esta descripción con cara de asco, pero a mí no me parece mucho más desagradable que ser comido por gusanos bajo tierra o que mis cenizas sean esparcidas por el mar.
Supongamos el tercer caso, aquel en que tu muerte es predecible. Un equipo de stand-by ha permanecido a tu lado en tus últimas horas, ya sea en tu domicilio, en un hospital de tu país o, idealmente, en un hospital de cuidados paliativos de Phoenix que tiene un acuerdo con Alcor para colaborar en el proceso de crionización de pacientes. Esto último es más importante de lo que parece, ya que ha habido muchos casos en los que el proceso se retrasaba horas porque el hospital o las autoridades competentes no ponían las cosas fáciles.
3.1. Preparación y SCP
Lo primero que hará el equipo de stand-by tras tu muerte será meterte en un recipiente lleno de hielo. Esto reducirá tu temperatura hasta los 10°C y ralentizará tu metabolismo para minimizar los daños resultantes de la falta de circulación sanguínea. Lo siguiente es practicar la RCP (en realidad sería SCP —«soporte» en vez de «reanimación»— ya que no están intentando reanimarte). El resultado: ahora estás muerto, pero tu corazón y tus pulmones siguen funcionando. Por cierto, el SCP no se hace manualmente, sino con un aparato llamado «Thumper»:
3.2. Perfusión de sangre
Una vez tus pulmones y tu corazón están en funcionamiento, te inyectan una serie de medicamentos para asegurarse de que no se te formen coágulos de sangre o que empieces a pudrirte. Y, a continuación, te abren el muslo y te enchufan otra máquina: el kit de perfusión.
Si te interesa, aquí tienes un manual para entender en detalle cómo funciona, pero te lo resumo: se trata de una máquina cardiopulmonar, conectada a tus principales arterias a través del muslo y que, además de hacer circular tu sangre, extrae el calor de tu cuerpo, enfriándolo hasta justo por encima de la temperatura de congelación del agua. Además, sustituye parte de tu sangre por una solución de preservación de órganos que mantiene las células sanas a temperaturas muy bajas (no muy diferente a la que se usa para mantener un hígado o un corazón en buen estado antes de un trasplante).
3.3. Traslado
A partir de aquí, el equipo stand-by ya no puede hacer nada más. Lo siguiente es meter tu cuerpo en un recipiente de hielo y trasladarlo a Scottsdale, Arizona, idealmente antes de que pasen 24 horas tras tu muerte. No te preocupes por el coste del vuelo, ya estaba incluido en tu cuota de socio (aunque si quieres ir en primera clase, has de pagar aparte).
3.4. Vitrificación
Y ahora, una vez llegas a las instalaciones de Alcor, viene lo más difícil: la vitrificación.
Retomando la explicación del principio, esta es la gran diferencia entre ser criogenizado y ser crionizado:
Queremos lo segundo. Queremos ser vitrificados. ¿Por qué?
El vidrio, a diferencia de la sangre, no cristaliza con las bajas temperaturas, es decir, no forma cristales que puedan dañar las membranas celulares y demás tejidos de tu cuerpo. Además, apenas aumenta de volumen. Simplemente, las moléculas se mueven más despacio con el frío, hasta detenerse. Al no haber movimiento de moléculas, toda la actividad química de tu cuerpo se detiene. El tiempo biológico se detiene. Estás en pausa.
¿Cómo se hace esto? En resumen: abriendo un boquete en tu pecho, conectando tus arterias principales a una máquina perfusora y sustituyendo TODA la sangre de tu cuerpo por una «solución crioprotectora» (un anticongelante, vamos).
Una vez en tu cuerpo no queda sangre, lo enfrían progresivamente. A las tres horas alcanzas los -124°C, un punto clave llamado «temperatura de transición vítrea». Esto significa que tu cuerpo ya es como el vidrio: ni sólido ni líquido. Técnicamente, eres un sólido amorfo.
Inciso para una pregunta clave: ¿me vas a decir que la vitrificación no dañará en absoluto mi cuerpo?
Este es otro punto en el que las empresas de criónica insisten. La vitrificación es el mejor método conocido, pero no es totalmente inocuo. Por tanto, el día en que seas reanimado, la tecnología deberá resolver dos problemas:
- La enfermedad que te mató.
- Los daños resultantes de la vitrificación.
Para tu tranquilidad: las técnicas de vitrificación mejoran cada día. Antes se usaba un químico bastante primitivo llamado Glycerol, pero las soluciones crioprotectoras de hoy son mucho mejores. Y es de esperar que continúen mejorando, por lo que, el día en que mueras, serás conservado con mejor calidad todavía.
Además, la tecnología para revertir el proceso de vitrificación también progresa notablemente: el esperma de toro se ha criopreservado con éxito en nitrógeno líquido y se ha utilizado para la fertilización desde 1950, y llevamos ya cuarenta años almacenando en nitrógeno líquido embriones humanos que posteriormente se han convertido en niños normales. Además, se han criopreservado con éxito en nitrógeno líquido gusanos nematodos, helmintos y una serie de insectos, que luego han sido revividos. Con mamíferos es más complicado, pero hace poco los científicos vitrificaron un riñón de conejo, lo volvieron a calentar y lo pusieron de nuevo en el animal. Y siguió funcionando. Y en 2016 hicieron lo mismo con un cerebro, también de conejo. Aunque en este caso no lo reimplantaron, estaba en condiciones casi perfectas, «con las membranas celulares, las sinapsis y las estructuras intracelulares intactas… [Era] la primera vez que una criopreservación fue capaz de proteger de forma demostrable todo lo relacionado con el aprendizaje y la memoria». Por tanto, hay razones para ser optimistas.
Fin del inciso. Seguimos con el proceso.
Una vez vitrificado, hay que seguir enfriando el cuerpo. En este caso, el enfriamiento dura dos semanas más y llega hasta los -196°C. ¿Por qué? Porque ese es el punto en el que el nitrógeno se convierte en líquido.
Estás a punto de darte un baño de nitrógeno líquido durante una larga temporada (esperemos que no demasiado larga).
3.5. Almacenamiento
Estamos de acuerdo en que almacenamiento suena muy poco humano, así que no es de extrañar que Alcor lo llame «long-term care». Por la misma razón, el lugar donde se guardan los tanques de nitrógeno se llama «patient care bay», en lugar de almacén de cadáveres.
¿Cómo describir este lugar?
No es como te lo imaginas. A no ser que te imaginaras una nave industrial ordinaria, claro. En ese caso habrías acertado, porque es lo más parecido que se me ocurre. Es una especie de almacén que contiene unos treinta tanques de nitrógeno como estos:
Se llaman «Bigfoot», miden 3,5 metros de alto y 1,5 metros de diámetro y pueden almacenar dentro hasta nueve personas crionizadas cada uno.
¿Cómo?
Cuatro de ellos de pie, cada uno en su respectivo cuadrante del tanque:
¿Y los otros cinco?
Buena pregunta. ¿Os acordáis de la separación neuronal? Pues eso. La sección central contiene sus cinco cabezas.
O cinco cerebros, para ser exactos, ya que en realidad aquí lo que importa no es la cabeza en sí, sino su contenido. A Alcor lo que le interesa es el cerebro, pero dada la dificultad en extraerlo del cráneo y el hecho de que el cráneo en sí actúa de caja protectora, pues guardan la cabeza entera.
Vamos a hacer otro inciso para hablar de la separación neuronal:
Puntos a favor:
- Es mucho más barato.
- La mayoría de los expertos cree que el cerebro es lo que hace que tú seas tú, y no tu cuerpo.
- Si la tecnología nos permite algún día reanimar a un paciente crionizado, es muy posible que también exista la tecnología para trasplantar tu cerebro a otro cuerpo (uno que esté más en forma que tu decrépito guiñapo de ochenta años), o, incluso, a una estructura inorgánica.
Puntos en contra:
- Muchos creen que sus cuerpos contienen información que no querrían perder. Puede que la mente deje huellas en el cuerpo, impresiones que se perderían si la reconstrucción de la identidad en el cerebro no es perfecta.
- Si la tecnología de la animación suspendida avanza más rápidamente que la nanotecnología, conservar el cuerpo entero podría permitir una reanimación más rápida (veremos cómo la nanotecnología permitirá reanimar los cuerpos de los pacientes en la segunda parte de este post).
Todos los inconvenientes son válidos, pero también lo son las ventajas. En resumen, la separación neuronal no es una extravagancia, pero tampoco es algo para todo el mundo.
En fin, terminemos de hablar del almacenamiento. Del long-term care, perdón.
Ah, y te colocan al revés. Cabeza abajo (a los pacientes de cuerpo entero, se entiende). Así, si el nitrógeno líquido se evapora, la cabeza sería lo último que se vería afectado.
¿Y si hay un apagón y no se puede restablecer la electridad antes de que todo el nitrógeno desaparezca?
No importa. Los tanques funcionan sin electricidad. El nitrógeno líquido se rellena una vez a la semana para reemplazar la cantidad evaporada, y el tanque nunca baja del 90% de capacidad.
Además, en el almacén siempre hay una reserva para un año y, solo en Phoenix, hay siete proveedores. Es un material barato (0,25$ el litro) y fácil de producir, así que es muy improbable que algún día los pacientes se derritan por falta de materia prima.
En definitiva, los apagones o la escasez de nitrógeno líquido no es algo por lo que debas preocuparte. Los riesgos de que tu cuerpo nunca llegue a ser reanimado existen, pero son otros. Te los contaría ahora, pero la longitud este post ya se me empieza a ir de las manos, así que lo dejamos para la segunda parte.
Y hasta aquí llegamos hoy. En ese tanque tan cuqui, en mitad del American Southwest, es donde pasarás el rato. ¿Cuánto exactamente? ¿10, 100, 1.000 años? Es imposible saberlo, pero analizaremos las previsiones en el próximo post.
La buena noticia es que, una vez muerto, a ti esto ya te resbala.
¿Qué ocurrirá al despertarte? ¿Qué posibilidades reales hay de que eso ocurra y cuándo será? ¿Cómo será tu vida tras la reanimación?
Si quieres saber las respuestas, no te pierdas la segunda parte de este artículo.
O tal vez también te interese esta serie de ocho artículos sobre viajes en el tiempo.
Gracias por seguir ahí. ¡Nos vemos pronto!
¿Quién soy y por qué te hablo de crionización?
Me llamo David Nel y soy escritor de ciencia ficción. Mi última novela trata sobre viajes en el tiempo, y estos dos artículos sobre crionización nacieron a partir de la documentación que reuní para escribirla.
La novela se llama Café con Zeus, trata sobre un padre que intenta evitar la muerte de su hijo y en ella cierto personaje se somete a un proceso de crionización que… bueno, tendrás que leerla para comprobarlo.
Café con Zeus te encantará si te gusta esta serie o si eres fan de los viajes en el tiempo. Puedes comprarla en este link tanto en formato ebook (2,99€) como en papel (19,00€).